Avenida Blondel 27, 7º, 1º

25002 Lleida - España

Reparar mi coche o aceptar la indemnización por siniestro total


Una pregunta que se nos plantea habitualmente es si tras sufrir un accidente de tráfico puedo reparar el coche o debo aceptar la indemnización que me ofrece la compañía de seguros. Este hecho es especialmente controvertido en el caso de vehículos de cierta antigüedad, más de 10 años, pero que se encuentran en buenas condiciones.



Es posible que la aseguradora pretenda declarar nuestro vehículo siniestro total y abonarnos una indemnización con la que dificilmente puedo adquirir un vehículo que me ofrezca simialres garantías. ¿Puedo entoces rechazar la indemnización y optar por su reparación?



Nuestros tribunales vienen a resumir dos supuestos:



a) Si la reparación del vehículo es técnicamente viable y el perjudicado no manifiesta su propósito contrario a la efectiva realización de la misma, ha de resarcirse el importe total de la reparación, aunque supere el valor venal, con el solo límite de que el costo reparador no sobrepase el valor de un vehículo de iguales características nuevo, merced al criterio primario de la «restitutio in natura», y ello es así por cuanto que no puede obligarse al perjudicado a que se conforme con una indemnización por valor venal que no da solución a la perdida del bien que ha sufrido, que le priva definitivamente de la explotación de dicho bien, manifiestamente inferior a su valor operativo real y que, en definitiva, se opone a  lo previsto en art. 1902 del Código Civil.



b) Excepcionalmente no debe ser concedido el importe de la reparación cuando es manifiesto que, ni el bien ha sido reparado ni va a serlo, cosa que ocurre con cierta frecuencia cuando un coche queda en estado de siniestro total, en cuyo caso la reparación podría ser manifiestamente antieconómica e insegura, acudiéndose en tales supuestos no ya al valor venal neto, sino al llamado valor de reposición, equivalente a lo que contaría adquirir un vehículo de similares características al perdido, teniendo en cuenta su antigüedad, depreciación por el uso y, de otro lado, los gastos de matriculación, impuestos iniciales, etc.



Por tanto y a modo de conclusión, podremos reparar nuestro vehículo, siempre y cuando el costo de reparación no resulte desmedido y, además, podamos acreditar que efectivamente lo hemos realizado.


© Copyright. Horcajada Abogados . Todos los derechos reservados.